Desde hace varios años, venimos observando como la gente a nuestro alrededor sigue las dietas mas extrañas sacadas de los lugares más insospechados, desde supuestos “médicos”, pasando por la amiga de turno y terminando por la revista tal o cual. Ya deberíamos saber que salvo un porcentaje muy pequeño todos estamos sujetos a las leyes de la fisiología, todo lo que ingerimos, tanto comida como bebida tiene un valor calórico, y todo lo que hacemos, desde mantenernos vivos, hasta hacer un filete o caminar también tienen un valor calórico, con estos datos, es una verdad absoluta que si ingerimos más calorías de las que gastamos engordaremos, si mantenemos un equilibrio en esta ecuación, nos quedaremos como estamos y si ingerimos menos de las que gastamos bajaremos de peso.
Pero hay un error en este termino, pues no se trata de ingerir menos calorías de las que gastamos sino de gastar más de las que ingerimos, porque lo contrario nos lleva a los resultados que vemos con bastante regularidad, frustraciones, anorexias, bulimias, obesidad, etc.
Puedes comer de todo de forma moderada y si algún día te pasas con algún alimento, pues pásate también con el ejercicio para compensar. “Tan fácil como eso”
Se comenten muchas salvajadas como: dejar de comer, comer solo un tipo de nutrientes, disociarlos, saturarse con otros… Esto obliga al organismo a unos esfuerzos metabólicos que más adelante nos pasaran factura. Esta información deberíamos de saberlo todos, es una asignatura que debía enseñarse para que no nos dejemos engañar por farsantes vendedores de pastillas y milagros inexistentes.
Haz ejercicio un mínimo de tres veces por semana a ser posible con amigos y sobre todo diviértete.