martes, 28 de diciembre de 2010

Hablando sobre la Bulimia

Las personas que padecen bulimia son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer, pero el sentimiento de culpa tras ingerir muchos alimentos les lleva a provocarse el vómito, a emplear laxantes y diuréticos, a seguir regímenes rigurosos o ejercicio excesivo para contrarrestar los atracones de comida.

Los bulímicos en general tienen un peso normal, por lo que resulta difícil detectar la enfermedad. En un solo atracón pueden llegar a consumir cantidades descomunales de calorías.

En el origen de esta enfermedad intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales que desvirtúan la visión que el enfermo tiene de si mismo y responden con gran temor a engordar. El enfermo siempre se ve gordo, aunque su peso sea normal, pero ello no le reprime sus ansias de comer. Generalmente la bulimia se manifiesta tras haber realizado numerosas dietas dañinas sin control médico. La limitación de los alimentos impuestos por el propio enfermo le lleva a un fuerte estado de ansiedad y a la necesidad patológica de ingerir grandes cantidades de alimentos.

Hasta este momento se desconoce la causa biológica implicada para el desarrollo de esta enfermedad, pero ya se conocen muchos factores desencadenantes relacionados con el entorno social, las dietas y el temor a las burlas sobre el físico. Muchos de estos factores coinciden con los de la anorexia, los trastornos afectivos surgido en el seno familiar, el abuso de drogas, la obesidad, la diabetes, determinados rasgos de la personalidad y las ideas distorsionadas del propio cuerpo.

“SINTOMAS”

Generalmente las personas que padecen bulimia han sido obesas o han realizado numerosas dietas sin ningún control médico. Tratan de ocultar los vómitos y las purgas, por lo que la enfermedad pasa desapercibida por mucho tiempo. Los síntomas típicos son: atracones de alimentos (el enfermo come gran cantidad de alimentos en un espacio breve de tiempo) no puede parar de comer. Su autoestima es bastante baja por lo general, por ello que se desarrollen otros síntomas como la depresión, la ansiedad y el rechazo hacia ellos mismos.

En cuanto a síntomas físicos se mostraran debilidad, dolores de cabeza, hinchazón del rostro por el aumento de glándulas salivales y parótidas, problemas dentales, mareos, pérdida de cabello, irregularidades menstruales, bruscos aumentos y descensos del peso, aunque no se percibe de igual manera que en la anorexia. Arritmias que pueden desembocar en infartos, deshidratación, colon irritable, reflujo gastrointestinal, hernia hiatal, perdida de masa ósea, perforación esofágica, roturas gástricas, y pancreatitis.

Esta enfermedad afecta a los jóvenes y se manifiesta con más frecuencia en mujeres. La media de inicia se sitúa hacia los 19 años. Como siempre debemos prevenir dando una buena información primeramente en casa, enseñando que y como comer desde la infancia.

Sin duda podemos comer de todo, pero en su momento y justa medida

¡¡Por vuestra salud!!