Sin duda la mejor prevención es “estar alerta”. Los padres, profesores, médicos, amigos, etc. cada uno desde el lugar que le corresponde deben estar alertas a las dificultades que aparecen durante la adolescencia, ayudando a que los jóvenes desarrollen las capacidades personales que le permitan resolver sus conflictos de forma saludable.
A la anorexia se llega en la mayoría de los casos después de haber padecido obesidad en la infancia, unido a la vida sedentaria que aporta el televisor y los videojuegos. Es estos casos hay que dirigir al sujeto a que haga ejercicio y a que lleve una dieta equilibrada siempre controlada por personal experto.
Es importante educar sobre la enfermedad y sus peligros a quienes están en riesgo y a sus familias. Para poder hacer un diagnostico precoz debemos tener en cuenta comportamientos como: (sobre todo chicas al rededor de los 14 años) que se quejan de su aspecto físico, reducen el consumo de alimentos especialmente de grasas, se vuelven cada vez más introvertidas y lo juzgan todo sobre la imagen corporal y la belleza. Tienen menor capacidad de concentración, cambios en los hábitos de comer, aumento de ejercicio físico exagerado, abuso de diuréticos y laxantes. Esto también les lleva a desarreglos en la menstruación , frio y estreñimiento.
Ante cualquier sospecha de anorexia se debe remitir al paciente al médico especializado. Se debe atender con carácter de urgencia si hay pérdida de peso del 30 por ciento, alteraciones de conciencia, convulsiones, deshidratación, vómitos con sangre, frecuencia cardiaca de 40 latidos por minuto e inestabilidad psicológica.
La anorexia está relacionada también con la difusión de los valores occidentales y mas concretamente al modelo estético femenino delgado, aunque su desarrollo también es consecuencia de otros factores como los genéticos, de personalidad y familiares.
¡¡Por una vida saludable para todos!!
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