Estamos tan mal educados (alimentariamente hablando) que casi todos cometemos habitualmente la torpeza, por ejemplo, de deleitarnos frente a un par de huevos fritos con patatas fritas ¿Qué tienen de malo los huevos fritos? Nada en absoluto. ¿Y las papas? Constituyen un alimento excelente. Pero unos y otras son como esos individuos estupendos que, en cuanto se casan, constituyen un matrimonio desastroso.
La "incompatibilidad de caracteres" se da en la mesa más que en ninguna otra parte: lentas digestiones, pesadillas, flatulencias y otros disgustos son los platos que se tiran a la cabeza los alimentos que no pueden llevarse bien. Y usted es, en definitiva, quien paga los platos rotos a través de un malestar constante y un inminente exceso de peso. Te propongo un estilo de vida natural a través del cual podemos sentirnos bien y alcanzar nuestro propio peso corporal: El secreto no está ni en la cantidad, ni en la calidad de los alimentos (al menos no en primer término), sino en la "combinación" de los mismos.
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